Guías variadas de todo tipo que engloban software y hardware, pero de corta duración.
Una característica muy útil de bitcoin es la de poder tener un modo «solo lectura» en cualquier dispositivo, permitiendo revisar nuestros fondos sin perjuicio a perderlos por un posible robo o hackeo. Este modo se hace con la llave maestra pública, una llave que solo tiene capacidad para visualizar los movimientos de nuestros fondos.
A la hora de almacenar y preservar bitcoin con un control total por nuestra parte, es necesario disponer de la clave privada y a partir de ella obtenemos la clave pública, que sería la dirección para recibir Bitcoin.
En los primeros años de bitcoin, guardar la clave privada conllevaba la copia de 52 caracteres alfanuméricos, mayúsculas y minúsculas incluídos, haciendo que realizar esta tarea en un soporte físico fuera del mundo digital, conllevase a cierta probabilidad de error en el apuntado.
Una duda habitual a la hora de crear nuevas billeteras en Bitcoin, es saber que tipo elegir de las posibilidades que nos ofrecen. Dependiendo de lo actualizado que este la «wallet» que se vaya a utilizar para este paso, nos pueden surgir dudas de que tipo de direcciones utilizar. Lo habitual es tener opciones como Legacy, SegWit o SegWit Native.
Un paso importante y que requiere de absoluta seguridad, es la creación de la semilla (SEED), para recuperar la billetera de bitcoin que vayamos a utilizar para nuestros fondos. A veces la falsa seguridad de estar en un entorno seguro, hace que bajemos la guardia para realizar este proceso. Las billeteras Trezor o Ledger son sin duda una opción adecuada y atractiva para usarlo de manera «normal», pero la realidad es que hay que ser muy exigentes en este punto.
Dos pendrive y un ordenador pueden lograr un entorno muy seguro para este paso.
BIP39 permite utilizar claves mnemónicas, pero lograr una buena entropía en un entorno digital se hace complicado. Un dado y una moneda lo pueden resolver.
